25 nov 2007

Al rescate del ¿niño?

Un día sentada en mi habitación escuche un ruido a mi alrededor. De pronto, sobresaltada, vi como estrellas fugaces caían sobre una casa. Todas las personas yacían afuera y yo, era la única mirando por las ventanas. Tuve mucho miedo, no quería salir... Me llamaban y no podía responder...En la garganta tenía un nudo que no me permitía pronunciar palabra alguna.
Al fin pude recobrar el sentido. Vi que la casa aledaña a la mía se estaba incendiando. Salté tan rápido como pude por las escaleras y me reuní con la masa de personas. Todos murmuraban y no entendía nada, agudizaba mi oído, pero era imposible, no entendía ni ¨jota¨...Al fin, una señora se acercó a mi, llorosa y con rasgos de hollín me miró y me dijo que todo se debió a un balón de gas, explosionó y ella se encontraba en el mercado. A su regreso, intentó ingresar, pero se produjo una explosión más, y los bomberos no permitieron que entrase. Recordé que momentos antes escuche un movimiento fuerte, pensé que era un temblor, pero había sido debido a un balón de gas.
La señora conforme iba conversando y llorando, claro está, me dijo que su niño se encontraba dentro. Desesperada, corrí lo más rápido que pude, rompí las barreras que hicieron los bomberos, entré a la casa.
Que impresión me lleve, todo estaba oscuro, la habitación estaba hecha cenizas...una pena ahondó en mi corazón. Todo estaba vilmente carcomido por el fuego. Volví en sí y recordé que había entrado a rescatar a un indefenso niño. Lo busqué por la cocina, el baño, el dormitorio y no lo hallé. Fue una escena tan frustrante para mi, que no lo podía creer.
Continué buscando en medio de los escombros, levanté objetos inservibles de todos los tamaños, llamé a gritos al niño, pero... Oh, sorpresa, debido a mi reacción por rescatar una vida, me olvidé preguntar el nombre del indefenso. Continué buscando, dejando de lado el nombre...
El aire me faltaba, ya no entraba oxígeno en la habitación y poco a poco sentía que me debilitaba más y más. Tosía, me sofocaba, sentía que me moría, pero al mismo tiempo, recobraba mi sentido y me desesperaba por hallar la pequeño...De rato en rato observaba por las ventanas ennegrecidas, como los bomberos intentaban aplacar el fuego, era una lucha incesante. La falta de agua en la zona, hacía cada vez más que el mal predomine y no quede rastro alguno de aquella vivienda desdichada.
Mi desesperación se acrecentaba cada vez más, al sentirme sin fuerzas para continuar, no podía más, ya casi no respiraba...Tropecé, caí y me levanté...a lo lejos, oía gritos de mujeres y lo sentía como ecos a mi alrededor.
Al fin, me pareció ver algo similar a un niño, me acerque corriendo, no se donde saque fuerzas, pero, al acercarme me di cuenta que era un simple juguete y me decepcioné por mi desdicha.
Dejé de lado lo del suceso con el juguete y me concentré otra vez en la búsqueda del niño.
Seguí levantando trastes, tenía un presentimiento de que lo encontraría desmayado o quizás asfixiado, pero con vida.
Los bomberos seguían tratando de apagar el incendio, pero poco podían hacer, ninguno se animaba a entrar a ayudarme a buscar al pequeño. No entendía, no se supone que los bomberos rescatan vidas, y que les sucedía a estos, la casa ya estaba quemada, ya no rescatarían a la casa. Igual, que más daba era algo material, si, de hecho costaba caro, pero lo que importaba era la vida del niño, me preguntaba y yo sola me respondía. No era justo porque no entraban y así lo encontraríamos más rápido. Bueno, de nada valía pensar eso, igual, con mi pensamiento no los haría cambiar de opinión.
Estaba criticando a los bomberos, cuando, de pronto, sentí unos movimientos debajo de un mueble. Me sorprendí, me acerqué y empuje el mueble pesado. Grande fue mi sorpresa cuando encontré un shit-zu...estaba como dormido o quizás desmayado porque aun respiraba. Me dio mucha lástima, que podía hacer, regresar llevando al pobre animalito o continuar buscando al niño. Si regresaba, es probable que ya no pudiera ingresar otra vez, pero al mismo tiempo el perrito podría morir sofocado. Y yo, como buena amante de los animales, no podía permitir que sucediera eso. Era el niño o el perrito. Pasé como quince minutos tratando de ordenar mis ideas y decidir por fin a cual de los dos rescataría.
Al fin, decidí que dejaría al perrito en la calle y regresaría lo más rápido que pudiera para continuar mi búsqueda por el niño. Solo esperaba que los bomberos no me sujetaran e impidieran mi reingreso.
Corrí, salté barreras de fuego, y al fin llegué a la calle, donde estaba todo el gentío. Los bomberos me miraban extrañados. Dirían, que pasó, fue por un niño y regresó con un animal. En ese momento no me importaron los murmullos. Estaba dispuesta a dejar al perrito. Cuando, de pronto, la señora que me comentó sobre su niño, se acercó desesperada, y me dijo: gracias, muchas gracias, como le podré pagar por su ayuda, y se echo a llorar, cargó al animalito, y le dijo: ¨mi niño, pensé que te habías muerto?¨.

2 Comments:

  1. Lucio Suárez said...
    Muy buena Lara Holmes.
    Pero, se me ocurría lo siguiente: Qué harías frente a un dilema así?. Si el atrapado es un animalito, crees que valdría la pena?.
    Saludos.
    markín said...
    sueño, realidad, ficción ...
    bueno, eso me pasa por no leerte desde atrás.

    El tema tan real; muy de moda en que ya se confía más y quiere más a un animalito que al mismo hombre.

    Y vava, que hacer cuando te encuentras ante un camino con dos puertas...

    Y como lei de adelante para atrás,... imaginaba como una alta puede estar entre escombros. Pobre su cabello.

    Así que stamos con poblemas de altura. Quizá a futuro, si tiens hijos deportistas sabrán destacar como no lo hiciste tú aprobechando ello.

    De todos modos, imagino esperas un amor a tu altura.

    pd. el amarillo me hizo sufrir al leer, me volteo y veo rayitas por tdoos lados. El post último no permite comentarios...

    Amenos leerte.

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